Continuamos la semana dedicada a conductas sexuales problemáticas, para centrarnos en los criterios que nos harán diferenciar la conducta sexual infantil o adolescente saludable, de aquella que es problemática.

Infografía en HD.

Según Finkelhor, la adolescencia es una de las etapas en las que se da más violencia sexual. Para poder diferenciar las conductas sanas de las problemáticas ¿que criterios podemos usar? Nos debemos hacer las siguientes preguntes en diferentes apartados:

1 – Edad y nivel de desarrollo – ¿Las personas implicadas tienen edades similares, o su edad es diferente y tienen diferentes niveles de madurez?, ¿es una relación simétrica en este sentido?

2 – Presencia de coherción –  Si las conductas implican abuso de poder, fuerza, engaño, intimidación,… es decir, existe coherción por una de las partes. Además Existen indicadores de sufrimiento emocional.

3 – Conducta sexual – ¿Su conducta sexual es adecuada a la etapa evolutiva de experimentación sexual?, ¿puede resultar una imitación de la conducta sexual de personas adultas?

4 – Capacidad de autocontrol – ¿Puede frenar la acción que está realizando o, por el contrario, existen indicadores de falta de control que incluso puede interferir su vida diaria?, ¿se observan indicadores de obsesión/compulsión?

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