Estereotipos: La pareja ideal

Cuando existen estereotipos alrededor de la ropa, los juguetes, los colores, el cómo debe ser un hombre o cómo debe ser una mujer, lógicamente afecta a la hora de pensar en cómo debe ser una pareja.

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Estos estereotipos generan muchos problemas en las relaciones pues, en ocasiones, cuando un hombre o una mujer se sale de ellas y muestra comportamientos que se presuponen del otro sexo, aparecen discusiones o intentos de cambiar a la otra persona para que, efectivamente, encajen.

Es necesario hablar con nuestros hijos e hijas para hacerles entender que no existe una «pareja ideal» , lo que es ideal es encontrar una persona que te hace sentir bien, no intenta cambiar quién eres (tu modo de vestir, de hablar, de comportarte, etc) y, si hay problemas, se pueden hablar sin intentar herir a la otra parte. Una pareja que te hace feliz y en la que hay confianza.

 

Estereotipos de género en ropa y juguetes.

Una vez visto los estereotipos que rodean a hombres y mujeres, debemos entender como se llegan a ellos ¿desde cuando se «envían» mensajes a niños y niñas sobre cómo debe ser un hombre o una mujer? Pues, lamentablemente, desde que nacen (o incluso antes) porque los juguetes y la ropa ya cambian de niños a niñas.

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¿Alguna vez te has parado a pensar en los mensajes tan diferentes que hay en la ropa de niños y niñas? Los mensajes en la ropa de los niños van dirigidos a su valentía, su fortaleza, etc. Mensajes como «Fuerte como papá», «Valiente y fuerte», «Un nuevo héroe en la casa». Mientras que en las niñas nos encontramos con fantasia, belleza, delicadeza,… «Cool como mamá», «Amo la vida», «Soy una SuperStar». Pero este lenguaje no aparece solo en la ropa, sino que en la vida diaria podemos escuchar expresiones como:

  • «Es tan guapo que parecen una niña».
  • «Uy, como no lleva pendientes pensaba que era un niño».
  • «Los niños no lloran».
  • «¿Vas a llorar como una niña».
  • «Pero no llores, con lo guapa que eres. Te pones muy fea cuando lloras».
  • «Corres/peleas/juegas como una niña».
  • «No te sientes así, que eres una señorita».
  • «No te comportes así, pareces un chicazo».
  • «A las niñas no se les pega».
  • «Los niños son más brutos».

Todas estas frases están cargadas de estereotipos que hacen formar una idea mental de cómo debe actuar un niño o una niña.

Si a todas estas ideas, unimos que se diferencia a niños y niñas por colores (niñas con el rosa como protagonista en todas sus tonalidades, acompañado de colores pastel. Niños con el azul como principal, acompañado de otros colores como rojo, verde – preferiblemente verde militar – o gris) por personajes infantiles (minnie, princesas, sky, personajes con ojos grandes y largas pestañas en los que predomina el rosa para niñas. Mickey, Donald, Buzz, Chase, Marshall, personajes fuertes en los que predomina el azul y el rojo para niños) y por juguetes, tenemos el cóctel ideal para que crezcan con ideas sobre hombres y mujeres muy marcadas.

De ahí que nos encontremos a niños y niñas de 1º de Primaria que afirman que el fútbol es para chicos, y que el patinaje es para niñas. Que los coches son para niños, y los bebés para niñas. y así hasta el infinito.

Por ello es tan importante educar en igualdad, explicar que no «cosas de chicos y cosas de chicas». Existen juguetes, existen colores, existe ropa, etc. y todo puede ser usado independientemente de ser chico o ser chica.

Infancia, adolescencia y estereotipos de género

Esta semana vamos a rpomover los buenos tratos en la pareja adolescente, para ello, comenzamos a ver los estereotipos que existen alrededor de hombres y mujeres. ¿Cómo presuponen que deben ser hombres y mujeres, en base a educación y creencias sociales, las y los menores de edad?

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Las ideas que existen alrededor de cómo debe ser un hombre y cómo debe ser una mujer afectan a cómo vivimos las relaciones, el modo de observar a otras personas y pueden llegar a modificar nuestro propio comportamiento para encajar

Estas creencias son sociales y culturales, lo que significa que también son modificables y que, gracias a la educación (tanto familiar, como formal)se pueden transformar en beneficio de todos y todas.

Por ejemplo. los hombres deben poder expresar sus sentimientos con libertad, sin pensar que eso conlleva debilidad o que afecta negativamente a su masculinidad (nenaza, maricona, etc). Y las mujeres deben poder tener un carácter más seguro y de liderazgo sin que se las tache de soberbias, mandonas o insoportables.

Un hombre debe poder elegir, al igual que una mujer, estar en casa cuidando a la familia y trabajando en el hogar, sin que, nuevamente, se ataque a su masculinidad o se le tache de vago, mantenido, etc. Y las mujeres deben poder expresar su deseo de no ser madres sin que se diga de ellas que son unas egoístas, que el destino de una mujer no está completo si no se es madre o que nunca serán felices sin hijos/as.

Para derribar estas ideas, debemos educar en igualdad.